hurlingham es re-chico

Por cómo viene el almanaque electoral, Hurlingham, San Martín y Bolívar son las cabezas de playa del pejota decidido a terminar con el kirchnerismo, ponerle una lápida y un bonito epitafio, y seguir la ruta establecida por los mercados, los medios y sus cachorros. Algunos meses después de reconocer que buscaban su "macho alfa"  los tres intendentes de esos distritos, más el zigzagueante  Alberto Fernández y algunos dirigentes sindicales y del Evita, lo han encontrado, silencioso y a la espera de la gloria o Devoto: se llama Aníbal Florencio Randazzo . Si bien no han logrado que balbuceara dos o tres frases, el inicio de su campaña no pudo haber sido tan poco bendecido: el ex ministro de transporte fue a tomar unos mates a lo del padre Pepe en una villa de San Martín y hablando como si fuera realeza le dijo al cura villero: Después de escucharte a vos, a los sectores que han perdido trabajo, que están mucho peor de lo que estaban, nosotros sentimos la obligación,...

Uno pone la tele un domingo, y parece que los canales se quedaron detenidos en el tiempo, y puede ver la carrera de autos, a la Mirtha, Polémica en el Bar, programas de cocineros y hasta la misma añeja peña de chistes malísimos. También abre los diarios y vuelve a leer cómo crece la deuda, el desempleo, la inflación y las habituales roscas de jueces y políticos, lo mismo que pasaba antes del 2001. Uno ve también que un grupo de intendentes cree tener control sobre los votos de los vecinos, sobre todo los pejotistas. Los mismos que accedieron a su poder gracias a participar de una campaña poderosa como la del Frente de la Victoria, con una Presidenta que se iba con un 60% de imagen positiva después de 8 años de gobierno, un candidato que perdió la segunda vuelta por 300.000 votos y todo el aparato estatal. Y entonces hace un poco de memoria y recuerda que hace algunos años, en 2013, un grupo de intendentes también se creían dueños de la voluntad popular y se alinearon con Sergio Mass...

Eso es lo que cuesta comprar en Mercado Libre un juego de tazas de llantas de Renault Logan como las que Iago, de 17 años, le sacó al auto de un subcomisario, en Villa Tesei. El policía lo vio, persiguió durante diez cuadras al auto en que se fugaba el pibe, sacó el arma que le provee el estado, disparó y mató a Iago. "Qué barbaridad", dirá más de uno. "Uno menos", algunos despiadados. Lo cierto es que este sábado algunos posteamos indignados en facebook, alguna agrupación política pone mesitas en los barrios para montarse sobre algo que el pueblo ya se manifestó, otros van a hacer las compras en el super, otros presentan el nuevo servicio de recolección de basura como una hazaña, alguno rosquea para conseguir algún carguito, muchos van a ganarse el mango para comer y darle de comer a su familia. Mientras tanto, Iago está ahí, solito, helado, en la mesa de alguna morgue conurbana. Tenía 17 años. Los va a tener para siempre. Bueno, este el mundo que eligieron constru...

Y sin choripanes ni micros se lanzó el candidato que esperaba Lagente. Aníbal Florencio Randazzo usó sólo el whatsapp, las gacetillas de prensa y los frugales almuerzos con rosca pascual de postre para encaramarse a una candidatura en la provincia de Buenos Aires. Después de interminables 505 días de morderse los labios sin poder hablar ante la demolición del Estado, la renta del trabajo, el consumo popular, la cultura y los derechos humanos, por fin el candidato que, si bien no se opondrá demasiado, será la oposición responsable, la garantía de la continuidad de la restauración conservadora, o sea la sana alternancia democrática. Junto con los combativos Pichetto, Bossio y Abal Medina, el contador Randazzo será una candidatura apta para el bolsillo de la dama, la cartera del caballero, la patria peronista, el semáforo verde de Clarín y la pantalla de TN. Por ahí pida por favor que liberen a Milagro Sala. O no.

En algún momento, hasta los más anticapitalistas y disruptivos hemos pasado por algún local de comida chatarra y nos dejamos llevar por la tentación de pedir el menú de la foto espectacular, una hamburguesa gordita, recién cocinada, repleta de carne sabrosa, un pan crocante... Pero cuando abrís la cajita te encontrás con una bazofia compuesta por un pan gomoso y y un pedazo de carne que ni el capataz más amarrete le tiraría a los esclavos de Awada. De la misma manera, nuestros dirigentes políticos recurren a la foto retocada o al video clip bien producido para mostrarnos sus obras, sus promesas, o sus esporádicas visitas a gente pobre, siempre acompañados del fotógrafo. Hasta que pasás por el sitio dónde sacaron la foto y te encontrás que en la vida real el fotoshop político no estaría funcionando muy bien en el mundo donde hace calor, se huele, se toca, se sufre y se vive. Uno puede ver la foto de una fabulosa ruta que están construyendo en algún desolado paraje de La Pampa y capaz qu...