El rol de lo público y lo privado


Un espacio urbano, como el de Buenos Aires, está sujeto a la disputa política como un ámbito en donde se enfrentan dos concepciones contrapuestas. Una de ellas descansa en el principio de que el mercado debe actuar sin limitaciones para asignar eficientemente sus recursos y satisfacer las necesidades de la población. Ello supone privilegiar el imperio de lo privado sobre cualquier limitación política o social.



Alejandro Rofman (*)

Otra visión afirma que la prevalencia de lo público por sobre los intereses  excluyentes de los que disfrutan de  poder, garantiza la concreción de un proyecto de equidad social y  ambiental para todos. El escenario del mercado que automáticamente se auto regula es falso pues tal mercado consagra la riqueza en manos de pocos y la desigualdad social. La política del actual gobierno capitalino se basa  en la valorización del capital privado en el manejo de la infraestructura urbana y en propiciar negocios inmobiliarios  en zonas donde sean redituables. Por el contrario, la generación de bienes públicos, indispensables para elevar la calidad de vida de la población, queda relegada. Así, en el área de la infraestructura urbana no se  han encarado inversiones de significación en espacios públicos para el disfrute gratuito y colectivo, ni centros de recreación o deporte, ni nuevas iniciativas para la cultura popular. El Presupuesto Participativo está fuera de la discusión popular. La vivienda de carácter social así como la renovación urbana en las zonas de asentamientos irregulares no se cumplen pese a los fallos judiciales  y las partidas a tal efecto se encuentran subejecutadas. No hay incorporación de nuevos establecimientos educativos, en especial en las zonas más carenciadas. En materia de transporte, los corredores de tránsito constituyen la única novedad pero sólo es el ordenamiento de lo ya existente sin agregar  la incumplida promesa de construcción de 10 km por año de subte. La zona sur sigue descuidada en su urgente y necesaria revitalización. En temas de salud pública el  jefe de gobierno vetó la ley que promovía la puesta en marcha de laboratorios públicos para bajar costos.
 En síntesis. Una nueva política debe formar parte de la agenda del futuro urbano en Buenos Aires. Es aquella que coloca como prioritario el rol del Estado en la realización y/o fortalecimiento de lo público, que escape a la lógica mercantil.  Ello no implica colocar al Estado como único generador de los bienes y servicios que son indispensables para la subsistencia de la población o el mejoramiento significativo de su calidad de vida. Estos objetivos pueden alcanzarse a través de la organización de los sectores sociales  beneficiados  que operan sin fines de lucro fuera del mercado capitalista. Se trata, por ejemplo, de clubes, organizaciones  de base, cooperadoras escolares, mutuales, cooperativas, etc. Veamos un caso. La atención integral de la salud es un bien social que debería estar disponible para todos. El deterioro del hospital público ha llevado a que una franja elevada de población apele a la medicina privada, con fines de lucro, cuyo costo incide notablemente en muchos presupuestos. Urge recolocar al espacio público en el proceso de cuidado de la salud de todos. Es una obligación constitucional del Estado hacerlo y disminuiría el costo de vida de numerosos porteños. Idéntico análisis y exigencia de cambios en las políticas públicas se da en la educación en todos sus niveles, el deporte, la recreación, la cultura, la vivienda, el cuidado del ambiente, la aumento de espacios verdes, el acceso al río, el respaldo a las actividades productivas basadas en la economía solidaria (empresas recuperadas) y la promoción de fuentes de empleo para los  jóvenes. Es necesario tomar la iniciativa de crear ferias y mercados populares y almacenes que comercialicen producciones de agricultores familiares, a precios muy reducidos. Para llevar adelante esta nueva política se deberá contar con un Plan Estratégico de Desarrollo Sustentable para la ciudad, junto al área metropolitana de Buenos Aires, a partir de una decidida participación popular en su diseño, implementación y control. Sólo la presencia del pueblo  podrá hacer frente a la presión del capitalismo depredador, garantizando crecientes niveles de bienestar colectivo y habitabilidad para todos, en especial de aquellos que integran los sectores populares.

(*) Universidad de Buenos Aires (UBA, Argentina)
Doctor en Ciencias Económicas. Master of Arts, Economía, Universidad de Pennsylvania, EEUU. Director de la Carrera de Especialización en posgrado sobre “Economia Social y Desarrollo Local”, Universidad de Buenos Aires. Profesor en Programas de Posgrado en Economía y Planificación Regional, Naciones Unidas, y en universidades de Brasil, Chile, Venezuela, e Israel. Profesor Honorario de la Universidad de Buenos Aires. Tiene publicados numerosos artículos de la especialidad en idioma español, inglés, portugués e italiano en revistas nacionales y extranjeras. Cuenta con libros publicados en el país y en el exterior, entre otros: Sistema socioeconómico y estructura regional en la Argentina, 1974 – 1998 (con Luis Alberto Romero), Convertibilidad y desocupación en la Argentina de los 90. Se desempeñó en el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, como Subsecretario de Desarrollo Regional, entre 1999 y 2000 y como Subsecretario de Desarrollo Sustentable, entre 2000 y 2001.

Publicado en Tiempo Argentino el 15/10/2013:
http://tiempo.infonews.com/2013/10/15/editorial-111170-el-rol-de-lo-publico--y-lo-privado.php

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