En la página oficial de Molinos, cuentan esta historia de Tres Cruces: "Don León Pogdaetzky fue el fundador del Frigorífico Tres Cruces. Su familia, originaria de Rusia, se había dedicado siempre a negocios relacionados con carnes vacunas, por lo que luego de su arribo a Buenos Aires en 1925, inicia sus actividades comerciales, instalando una carnicería en Ciudadela. Posteriormente, con su hermano Elías, adquiere un predio en la Av. Tres Cruces, –nombre que adoptarán para su negocio de carnicería y pequeña fábrica de embutidos-. En 1962 adquieren una línea de máquinas para fabricar salchichas, que constituían un equipamiento inédito para la industria de esa época. Para dar cabida al crecimiento que tuvo la empresa, en 1968 adquieren el predio de Villa Tesei que, luego de ampliaciones y reformas, se inaugura en 1970. Molinos adquiere la compañía en 1989, dando un fuerte impulso a las que son las salchichas de Viena más famosas de la Argentina: Vieníssimas." El domingo...
Para los que viajan a Campo de Mayo por la línea del tranvía Lacroze, no tiene nada de extraordinario el grito del guarda cuando anuncia la parada: — «¡El Santito!» Y es vulgar también el ver el almacén que, calle por medio, ostenta en la parte superior de la fachada, entre dos ventanas, una hornacina con una virgen. Tal es la fuerza de la costumbre, que hasta los mismos vecinos, no se han preocupado de averiguar el porqué se halla esa virgen colocada allí. Y ésta, no obstante, es célebre en los alrededores. Acuden de las cercanías, tal que a una capilla, creyentes que piden a los inquilinos de la casa, como favor especial, les permitan colocar flores y velas a la virgen, en cumplimiento de promesas hechas en momentos de tribulación. Y lo hacen sin entrar en averiguaciones, ni preguntar el motivo de la existencia de esa imagen, que es un símbolo en medio de la soledad de esos lugares. Muchos no recuerdan ya la época en que fué colocada, y la superstición lo asigna una antigüedad e...
(publicado en La Hora de Hurlingham el 23/06/2016) Mientras los atribulados ingleses sufrían una y otra vez los embates de las pestes medievales y llenaban fosas con finados en un campo llamado Hurlingham, en las colonias españolas del Río de la Plata los querandíes iban y venían sin descanso por la pampa infinita. En los mapas aún no dibujados hay un río marrón en cuyas márgenes relucen miles de caracoles. No es un obstáculo para los querandíes, que lo atraviesan frecuentemente por un sitio cuyo nombre se perdió en el apocalipsis aborigen. El sol calienta el día y disuelve la niebla, dejando ver un río de cien pasos de ancho y más allá un gran bañado. En año del señor de 1580, el joven Hernandarias manda cruzar el río de las Conchas por un sitio donde no se ahoguen las quinientas vaquitas ajenas que trae desde Asunción rumbo al Río de la Plata. Quedan sólo seis leguas hasta la precaria Buenos Aires, la misma que Juan de Garay había fundado unas semanas antes. En 1630 una carre...
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